Soy cubano y llegué a Miami, Estados Unidos, en el año 2004 junto con mi esposa Mileidys y mis dos hijos Yorge y Millié, de 4 y 1 año, respectivamene.
Trabajamos muy duro en negocios tradicionales una Joyería y otro de Vending Machine, todo para sacar a nuestra familia adelante. Pasaron 8 años y comenzamos a buscar algo que nos diera Libertad Financiera, porque nos habíamos convertido en unos esclavos de nuestros negocios. Estos, nos aportaban los suficiente para vivir pero nos consumían muchísimo tiempo, de 70 a 80 horas a la semana.
El club nos ha devuelto las esperanzas de luchar por un mejor futuro para nuestra familia. Al principio comenzamos con muchas dudas, pero poco a poco las fuimos despejando, ganando confianza y aumentando la creencia. Conocer personalmente al dueño y fundador, fue la clave que hizo que nos decidiéramos a como se dice coloquialmente “quemar las naves” y entregarnos al 100% a un proyecto tan fresco, novedoso y aventurero como este.
Actualmente, los ingresos que generamos, con el club, nos permiten pagar la renta de nuestra casa. Por supuesto, continuaremos desarrollando este maravilloso negocio, para un día llenar el American Airlines Arena de Miami, siempre compartiendo este maravilloso tesoro que tenemos en nuestras manos con miles de familia alrededor del mundo.